Lunes, 17 de Septiembre de 2007
Artículo de Bruno Bartra publicado en reforma.com.
Ciudad de México (2 de septiembre de 2007).- Casi 15 años después de que el productor Carl Malamud efectuara los primeros programas de radio por Internet, el avance tecnológico ha transformado este concepto hasta convertirlo en un medio que ofrece todo tipo de información.
"Es importante recordar que lo llamamos 'radio', pero eso era sólo una metáfora. Ahora que vemos noticias, video y todo tipo de información, es bastante obvio que la red es un medio; lo más importante que le puede pasar al 'net radio' es que se convierta sólo en 'net', una serie única de herramientas, entrega y contenido que sea parte importante de la cotidianidad. Un medio no sustituye a otro, todos pasan a formar parte de nuestra vida", reflexiona Malamud.
Con el tiempo, se seguirán recortando distancias a nivel tecnológico, agrega Vincenzo Megale, socio fundador de Radio Chango.
"Cada vez habrá más aparatos de bolsillo capaces de conectarse a la red y de reproducir contenidos multimedia", dice Megale.
"Si en cambio hablamos de la facilidad de acceso a la red a nivel de la población mundial, las diferencias aún están lejos de desaparecer. Mientras se dé esta situación seguirán coexistiendo ambas formas de hacer radio; muy a largo plazo, veo posible que la radio vía web acabe imponiéndose a la radio de toda la vida".
Sin embargo, en México parece ser un problema que algunas de las estaciones más populares en la red quieran emular a las tradicionales de FM, considera Pablo Romo, quien ha trabajado con su programa "Fragancia Shampoo" en radio convencional, por Internet y, recientemente, en "podcasts".
"Son pocos los espacios de radio en Internet, por lo menos en México", considera, "están más preocupados por competir, y esa misma competencia los hace caer en poner la música que puedes oír en FM, que es una gran desventaja, porque siendo un medio alternativo a la radio se convierte en un medio convencional por tratar de competir con todo lo que ya existe a nivel comercial".
Más allá de esto, la red no parece ser un simple medio, sino una plataforma que pueda albergar tanto a los nuevos medios de comunicación como a los tradicionales: un espacio en el que conviven las direcciones de correo electrónico de millones de personas, los canales de televisión y radio convencionales que utilicen este medio para transmitir, además de las ondas electromagnéticas convencionales, donde los diarios pueden ensanchar sus posibilidades de información y, al mismo tiempo, donde se den estas nuevas formas de comunicación derivadas de los medios tradicionales en algunos casos, como el radio por Internet o aquellas exclusivas de esta nueva plataforma.
Al final de cuentas, la red mantiene su papel de realidad virtual, una gran metrópolis en la que sólo los cuerpos físicos no pueden transitar.
Surgimiento de un medio
Cuando gran parte de las computadoras aún no contaba con el sistema operativo Windows, el acceso a ellas parecía limitado a investigadores y a aquellos que se aprendieran las funciones del MS-DOS y apenas comenzaba a desarrollarse el Internet, una serie de visionarios buscaron explotar el nuevo medio.
Así, en 1993, Carl Malamud creó la primera estación de radio por Internet, utilizando MBONE, un sistema que permitía que el sonido, una vez transformado en datos, pudiera ser transferido a gran velocidad a través de la red.
"Cuando empezamos haciendo radio", comenta Malamud, "tenías que comenzar por descifrar cómo instalar una tarjeta de sonido en tu computadora, pues definitivamente era un accesorio que había que adquirir aparte. La gente entonces nos escuchaba a través de un webcast, al que sólo algunos cientos tenían acceso, o a través de FTP o correo electrónico, al cual tenían acceso miles de personas".
Con su programa Geek of the Week, Malamud sentó el precedente para el radio por Internet; sin embargo, éste era un programa semanal, y fue hasta el año siguiente que Scout Bourne creó NetRadio, que se convertiría en la primera estación de tiempo completo a través de Internet que incluía locución en vivo, programas de música, transmisiones diferidas de conciertos, mismas que se podían escuchar con la primera versión del programa Real Player.
"Desde una perspectiva de negocio no sólo tenía que convencer a la gente de que podían usar Internet con la radio, sino que tenía que explicarles qué era Internet, porque en esa época no había muchos sitios", recuerda Bourne, "para ponerlo en perspectiva, cuando registré el nombre, sólo existían 104 sitios en el mundo, y para cuando lo lancé a la red ya había como 110 mil sitios, que aún así, es el número aproximado de blogs que se crean cada día en la actualidad".
Este medio de comunicación rompió con las barreras impuestas por el nacionalismo empresarial y comercial, así como con los rígidos formatos que éstos buscaban para las formas de arte en los medios: en Estados Unidos, las canciones grabadas en álbumes debían tener una versión de tres minutos, conocida como radio cut o corte de radio, que permitiera que se ajustaran a los tiempos de las estaciones de radio.
"Básicamente, lo que quería era quitar el control de la radio a las grandes cadenas estadounidenses que controlaban las licencias de nuestro país, y dárselo a la persona promedio que quería disfrutar de la música", dice Bourne, actual director de Podango y del New Media Group.
"Cuando entré a la radio en Internet y a la convencional", recuerda, "había un formato llamado AOR (Al-bum Oriented Rock) y nosotros nos adscribíamos a ello, que consistía en no tocar los cortes de radio, sino la canción tal como el artista habría querido que se escuchara".
Pero, además, la radio representaba la utopía de una aldea global, en la cual todos los individuos del mundo pudieran estar en contacto eventualmente, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio.
"Tal vez no haya un gran mercado local para un nicho particular, pero si lo haces accesible al mundo entero, puedes encontrar un gran auditorio; y algunas cosas simplemente no funcionan al aire, por ejemplo, escuchar un partido de futbol que se lleva a cabo en Australia cuando estás en México, donde no existe un interés masivo local por el evento", comenta Malamud, promotor del open source (software de acceso libre) y autor de varios libros especializados.
Internet fue una gran oportunidad para The Brain, dice Pascal Lebrain, conductor y productor de dicho programa francés.
"Primero porque nos permitió transmitir a una audiencia mucho mayor, y segundo, porque las estaciones de radio de lugares lejanos podían bajar nuestro programa y transmitirlo. Más allá de eso, el sitio de Internet nos permitía proporcionar la información más detallada sobre los artistas y disqueras. También creamos una portada para el disco de cada emisión, de tal forma que la gente pudiera bajar el programa, quemarlo e imprimir su portada".
Batalla de las bandas
Con el auge de Internet y el avance en la tecnología para la transmisión de datos en este medio, su radio también estaba destinada a crecer, y comenzaron a surgir diversas estaciones en más lugares, desde Radio Chango en España, hasta Grita XS y Radio Global en México, o proyectos aún más alternativos como Radio Zapote o La Colifata.
Al mismo tiempo, diversas estaciones convencionales comenzaron a transmitir simultáneamente su contenido al aire en Internet: así, una vez conectados, podemos escuchar la estación de la BBC que se escucha en ese mismo momento al aire en Escocia, lo que escuchan los parisinos en Radio France International o la música coreana en KBS World.
"La radio de banda es todavía un medio más cercano a la gente, pero suele ser limitado al ámbito local cuando un programa netfónico puede ser escuchado desde cualquier rincón del mundo. Personalmente, creo que la mejor solución, cuando es posible, es optar por ambos medios", considera Vincenzo Megale, socio fundador de Radio Chango.
"No nos parece que los radios en Internet compitan con las frecuencias al aire; traen algo distinto, necesitan menos dinero para sobrevivir y pueden ser más experimentales. A veces no duran mucho y tienen que esconderse de la 'policía' musical para que no las obliguen a cerrar o a pagar grandes cantidades de impuestos que simplemente no se pueden permitir. Pero son un alivio para aquellos que se interesan en música extraña", considera Eva Lebrain, del programa The Brain.
Con el acceso masivo a la red, la idea de que fuera un nicho exclusivo para aquellos que quisieran estar al margen de las grandes corporaciones, ha desaparecido: no sólo las grandes cadenas de radio anuncian por doquier sus sitios de Internet, sino también las demás grandes empresas de otros medios de comunicación y de otro tipo de productos: sin embargo, la riqueza de Internet, y que pioneros como Malamud o Bourne sacaron a relucir, es que en el espacio virtual, no sólo están esos gigantes, sino que hay lugar para todas las radios experimentales del mundo.
"Puedes tener muchos canales, y no estás atrapado en las restricciones de horarios de los medios tradicionales. Si quieres, puedes crear una 'estación de radio' personalizada; un buen ejemplo son aquellos servicios que te permiten crear tu propia lista de canciones, o escuchar lo que otra persona está escuchando", explica Malamud.
Por otro lado, Megale admite que la red es un medio que sufre menos que cualquier otro por el "cáncer" de la censura, y su estación, Radio Chango, no ha tenido ningún problema de esa naturaleza desde que fue creada, hace seis años.
"Esto no quita que una web que 'molesta' pueda llegar incluso a ser clausurada", dice, "la ventaja es que al día siguiente puedes volver a crearla con otro nombre, mientras que una radio de banda lo tiene bastante más complicado".
Programas personales
La historia de los medios masivos aguardaba otro gran cambio después de que, en octubre de 2001, la empresa de computación Apple, aparentemente herida de muerte por el crecimiento de Microsoft, lanzó al mercado un pequeño aparato bautizado como iPod.
En un principio, concebido como un walkman moderno, al que se podían pasar las canciones de la computadora y escucharlas sin que "brincara" como las de un CD, parecía ofrecer grandes ventajas, pero su potencial estaba —y está— por descubrirse.
Son pocas las personas menores de 20 años que no cuentan ya con este aparato o lo desean, y es que más allá de transferirle las canciones, se está convirtiendo en el accesorio para conectarse con el mundo en donde se esté; por un lado, se hace cada vez más evidente que sustituirá a los CDs como el medio para escuchar y almacenar música, y en más años, quizá pueda sustituir a los DVDs, conforme sus discos duros se ensanchen, y se pase de los archivos MP3 o MP4 a elaborados MP5 ó 6 que tengan una calidad igual o mayor a la de los archivos convencionales...
De la mano del auge del iPod, en la radio han surgido los llamados podcasts, que incluyen una gran variedad de géneros de la radio: programas que se transmiten cotidianamente en la radio convencional son transferidos a un podcast, que básicamente es el programa completo en un formato que se puede bajar al iPod y, así, el radioescucha decide en qué momento escucharlo; pero más allá de eso, hay sitios en la red que pueden albergar podcasts gratuitamente, de tal forma que con un micrófono —incluido en todas las computadoras personales— y un software de audio básico, una persona puede crear su propio programa, colgarlo en la red, y así dejar que millones de personas tengan acceso a él. Mayor presencia tendrá el viejo dicho de "siempre hay un roto para un descosido": la personalización al máximo.
"Veo el podcasting como el tren que corre sobre las vías que construí cuando comencé con NetRadio, ayuda aún más a darle a la gente una voz fuera del control de las grandes corporaciones", expresa con entusiasmo Scott Bourne.
En un podcast no puede haber tanta improvisación, dice Romo.
"Pero tienes más libertad para decir lo que quieras, porque no dependes de los espacios de comercialización ni de espacios que estructuran una estación de radio o una transmisión radiofónica tienes todo el tiempo que quieras para decir lo que quieras".
En este contexto, el paso natural del iPod era transformarse en el iPhone, donde la principal función del aparato ya no será hablar, sino comunicarse con la red, para que finalmente pueda independizarse de la computadora, y no tenga uno que esperar hasta que pueda conectarlo a ésta para bajar sus podcasts favoritos, así como las canciones que se desee escuchar.
Bruno Bartra fue productor y conductor del programa semanal de radio por Internet y al aire Green Beat Latino Vibes, de la CJLO de Montreal.