Jueves, 29 de Diciembre de 2011
He decidido contar aquí mi experiencia a la hora de escoger mi primer smartphone, más que nada porque es un tema que me ha dado muchos dolores de cabeza y quizás este artículo pueda ayudar a alguien en la misma situación.
Lo que tuve clarísimo desde el principio es que quería un Android, nada de Windows Phone o iPhones, estos últimos son muy caros y por bonitos que parezcan, nativamente no son compatibles con Flash Player y sus aplicaciones han de pasar por el visto bueno del Sr. Apple, además de requerir de una licencia anual para desarrolladores, lo que me parece un timo en plena regla. Android en cambio ofrece descargas desde el Market, pero también permite la descarga e instalación de software desde cualquier otra web bajo responsabilidad del propio usuario, evidentemente. Y al ser un sistema operativo de código abierto, su evolución parece estar siendo mucho más rápida que para los dispositivos con iOS.
Pues bien, como resulta que hasta ahora utilizaba el móvil sólo para alguna llamada y sms, no quería gastarme mucho dinero y opté por pedir un Samsung Galaxy Mini libre desde la web de Simyo, mi nuevo operador (¡adiós Timofónica!). Había estado investigando y parecía una buena opción para empezar, hasta que un par de días antes que me llegase leí en foros que en este dispositivo, por defecto, no se podía instalar el reproductor de Flash dadas las bajas prestaciones de su procesador (600Mhz).
Primer jarro de agua fria, ya que quería usar mi nuevo móvil entre otras cosas para poder realizar pruebas durantes las retransmisiones streaming que realizo de vez en cuando. Llamé a Simyo para confirmar que podía devolverlo, y fui a por otro...
Compré entonces un Samsung Galaxy S scl en una tienda de estas de dudosa legalidad, de hecho venía con marca Movistar y estaba liberado (no confundir con venir libre de fábrica). Al principio me daba un poco igual, pero después de 2 horas configurándolo a mi gusto, resulta que la cámara de fotos dejaba de funcionar tras muy pocas tomas; investigando en foros descubrí que era un problema común en este modelo cuando venía liberado. Así que vuelta a la tienda y nueva devolución.
Para el siguiente ya quise asesorarme mejor, fui a una tienda Phone House confiando en sus empleados y pidiendo expresamente un móvil compatible con Flash Player; me vendieron un Samsung Galaxy Ace, el cual tenía muy buena pinta la verdad, y en alguna página había podido confirmar que podía instalarle la aplicación de Adobe. Nada más lejos de la verdad... Pero bueno, ya era el tercero en menos de una semana y no estaba dispuesto a más mareos, así que fui haciéndome a la idea de que los streaming los probaría como siempre desde mi netbook. Otro tema que no me gustó nada de este modelo fue la conexión wifi: resulta que en redes con encriptación WEP (como la de mi casa) no había ningún problema de conexión, sin embargo parecía imposible de conectar a una red WPA como la de mi oficina, tocaba gastar datos 3G…
Por suerte, casualidades de la vida, estuve tuiteando con mi amigo y antiguo compañero de trabajo Juanjo, al comentarle lo de mi primer Android me aconsejó que fuera a cambiarlo enseguida por el modelo que tenía él, concretamente el LG Optimus Black, que le iba de maravillas. Conociéndole le hice caso y la verdad que ahora estoy encantando: por 25 euros más que me costó respecto al Ace, he resuelto los dos problemas más incómodos: tengo Flash Player funcionando de maravillas con los streamings (y de paso para ver TV online), y puedo conectarme sin problemas a la wifi tanto de casa como de la oficina. Además, cuenta con una pantalla de 4 pulgadas frente a las 3,5 del Ace, con cámara frontal además de trasera para por ejemplo poder realizar videollamadas a través de Skype.
Resumiendo, el LG Optimus Black me parece un smartphone muy completo, la batería no dura menos que otros modelos (peor lo tenía mi mujer con la batería original del Samsung Galaxy S2) pero para la gente como yo que se pasa el día trabajando con ordenadores, basta con acostumbrarse a tenerlo enchufado por USB y no habrá sorpresas. ¡Recomendado!
Y lo próximo... empezar a programar aplicaciones para Android, todo indica que se trata de una parada ineludible para un webmaster del siglo XXI...